Mi experiencia como alumna en el Instituto Nacional

Por Colomba Nuñez Tobar, alumna 7° D.

Hace algún tiempo rondaba en mi cabeza la idea de cambiarme de colegio, había estado en mi antiguo colegio toda la vida y este era el momento de cambiarme. Mi hermano había egresado de cuarto medio y yo deseaba darle un cambio a mi vida, sin embargo, lo había dejado pasar. Hasta que un día mi mamá me mandó un mensaje, el Instituto Nacional estaba permitiendo la entrada a mujeres. Si, era verdad, por primera vez se matricularían mujeres, me entusiasmé y me inscribieron.

Ahí estaba, en el séptimo D, un día cualquiera, pero especial para mí, en un horario cualquiera, pero especial para mí, con alumnos que jamás habían tenido niñas como compañeras y que hoy por primera vez las tendrían. A la semana me eligieron presidenta de curso, confiando en mí, aunque no me conocieran lo suficiente, trate, trato y seguiré tratando de ayudar a mi curso tanto psicológica como académicamente en lo que me sea posible.

Durante toda esa semana me tuve que presentar ante mis profesores y compañeros, decir quién era y porqué estaba allí. En realidad eso hizo que me lo cuestionara nuevamente, me hizo reflexionar sobre los motivos que tenía para haberme integrado al IN. La respuesta es que quiero ser parte de la historia, quiero construir mi propia historia y quiero ayudar a otras a ser las mejores.

Ser mujer en un colegio de solo hombres es un desafío. Sin duda un desafío que tengo por delante y que quiero seguir cumpliendo. Estar en igual condición que un hombre es lo que la sociedad necesita en este momento, todas y todos somos iguales y tenemos las mismas capacidades, la equidad es algo muy importante hoy en día y tenemos que construirla entre todos, hombres y mujeres, ellas, ellos y elles, somos parte importante de la sociedad, aunque algunos no lo crean así, todes somos seres humanos. Este es mi principal desafío al estar en este colegio y así creo que lo he ido demostrando.

Mis diversos intereses me han llevado a participar en distintas academias y talleres, la academia de matemáticas, la de debate, el taller de teatro, la Escuela de Herramientas Digitales para Redes Sociales y la academia de kino-photo-graphos, donde estamos creando un proyecto llamado “planos del mundo desde la ventana”. En todos he sido muy bien acogida, incluso fui invitada a ser la locutora de un gran evento, el ducentésimo octavo aniversario del IN. Me sentí realmente halagada con ese nombramiento, tuve muchas reuniones a las que tuve que entregar tiempo extra de mi vida, pero aun así me gustó y lo deseaba hacer. Durante las vacaciones de invierno tuve con muchas reuniones, ensayos con el taller de teatro, estuve en el taller de debate, hicimos muchos debates, y además de eso estábamos preparando el aniversario.

Realmente me siento muy acogida aquí, siento que este es mi espacio, que este es el lugar donde tengo que estar, donde debo estar, donde me necesitan y donde me desafío cada día más.

En el futuro espero que muchas más se sumen, que nosotras, las mujeres de esta generación, le abramos la puerta a las mujeres que vengan y que quieran ser parte también de la historia del IN, y que el instituto sea completamente plurigenérico, equitativo y no sexista.

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